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lunes, 19 de enero de 2015

Sebastião Salgado en "La sal de la tierra"

Un artículo de VICTOR MONTERO

Fotografía de Sebastião Salgado


La imagen que vemos fue tomada en 1985 en Malí, está incluida dentro de la etapa en que el fotógrafo Sebastião Salgado realizó un proyecto para Médicos Sin Fronteras, que se corresponde con los años 1984 a 1986. Todo este trabajo quedó plasmado en la obra publicada con el título de “Sahel”. Concretamente la fotografía se realizó en la región de Tombuctú (Tombouctou), junto con otra serie de imágenes, tratan de plasmar el desplazamiento al que se vieron abocados algunos pueblos de la zona a causa de una devastadora sequía.
La imagen que vemos tiene una fuerte carga de denuncia social, creo que hay una intencionalidad muy clara de remover algo en el espectador que la contempla. Una serie de aspectos de la foto nos transmiten de una manera evidente la miseria y la pobreza existente en esta región de África en el momento en que se captó, pero que se ha perpetuado hasta nuestros días casi veinte años después. Comprobamos que la gran extensión de tierra retratada está completamente despoblada y agrietada, signo inequívoco de la sequía; también observamos a un perro con las costillas muy marcadas, que aluden a su desnutrición por la falta de alimentos. Pero sobre todo, dominando el centro de la imagen, vemos un niño de unos siete u ocho años, va casi desnudo, tan solo viste un pequeño sayo hecho girones que le cubre una parte del torso. Podemos ver que en este éxodo casi forzoso el pequeño transporta sus únicas y preciadas pertenencias: el perro, unos cacharros de cocina y el objeto que más nos llama la atención, una especie de pequeña guitarra. La sencillez y falta de valor de este “equipaje” hace que seamos conscientes de la realidad tan dura que vive este niño de tan corta edad.
En la cinta “La Sal de la Tierra” el propio Sebastião Salgado nos cuenta que este chico estaba solo cuando le fotografió, en la búsqueda de una comunidad o población cercana, y lo que más le llamó la atención fue su determinación, que se manifiesta en la postura corporal que muestra la imagen.
La escritora estadounidense Susan Sontag ha sido muy crítica con algunos aspectos de la fotografía de Sebastião Salgado. La verdad es que no comparto las opiniones vertidas por esta figura norteamericana tan influyente, las cuales vamos a desarrollar a continuación:
Ø  Por un lado la escritora critica la estetización de situaciones de horror o miseria, es decir, la realización de fotografías bellas de la miseria humana. No considero que un fotógrafo al tratar temas tan crudos y horribles tenga que descuidar la estética de su obra; no entendería que eso le llevara a no emplearse a fondo, a no utilizar todo su buen hacer. Si lo que más nos llama la atención de estas imágenes es su  logrado resultado estético solo se están entendiendo de una manera superficial, ya que lo más importante es la fuerte carga crítica de denuncia social que llevan detrás.
Ø  El otro tema criticado por Susan Sontag es el aprovechamiento del fotógrafo brasileño de la miseria. Creo que una vez analizada en profundidad la figura de Sebastião Salgado podemos comprobar que sus motivaciones están muy alejadas del aprovechamiento personal, hay sobre todo unas intenciones de denuncia de las situaciones de injusticia que ha ido encontrando a lo largo de sus viajes, unido a un fuerte espíritu de aventura y de ansias de conocimiento de la realidad de otros puntos del planeta. De hecho la realidad tan dura que vivió durante más de treinta años provocó, como hemos podido ver en la película “La Sal de la Vida”, que el fotógrafo brasileño perdiera, en cierta forma, la fe en el ser humano, e hizo que se alejara de esta fotografía social tan comprometida. No me parece nada acertado ni justo plantear el aprovechamiento personal de Sebastião de la miseria y el sufrimiento, cuando le ha provocado un coste a nivel personal tan importante.
Ojalá siga habiendo muchas personas como Sebastião Salgado, que mediante su obra nos abran los ojos ante una realidad que a veces desconocemos o que en otras ocasiones parece que no queremos ver. El loable trabajo de estas personas nos inciten a dejar de mirarnos el ombligo y hace que nos cuestionemos lo mal repartidos que están los recursos de esta planeta, y el sufrimiento que todo ello provoca.

 
Fotografías de Sebastião Salgado

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