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viernes, 30 de noviembre de 2012

Al Pacino y los pequeños secretos de “Scarface”




Algunas de las escenas más famosas de 'El precio del poder' (Scarface), dirigida por Brian de Palma en 1983, y protagonizada por Al Pacino y Michelle Pfeiffer, transcurren en una lujosa mansión. Aquí residía Tony Montana, un inmigrante cubano que, en busca del sueño americano, se convertiría en el principal narcotraficante de Florida de la mano de un Al Pacino en uno de sus mejores papeles. Pero, en realidad, la verdadera residencia que sirvió de telón de fondo para la película se encuentra ubicada en Santa Barbara, California.
 
La vivienda, conocida localmente como 'Little Paradise' o 'El Fureidis', mantiene intactos sus jardines, su majestuosa entrada y su fuente blanca. Obra del arquitecto estadounidense Bertram Goodhue, conocido por su estilo neoclásico, fue construida a principios del pasado siglo a imagen y semejanza de las villas romanas clásicas. En aquellos tiempos, su primer dueño fue un noble apellidado Gillespie; desde entonces, sucesivamente ha ido pasando por diferentes inquilinos y propietarios acaudalados.
 

Al Pacino en Scarface
 

Pero la fama de 'Little Paradise' va unida a varias secuencias de 'Scarface'. Un vistazo a la propiedad basta para entender por qué De Palma la eligió como morada del temible Montana. En el filme, el gánster decora la fuente que corona la entrada a la mansión con su lema: ‘The world is yours’. Toda una demostración de poder que solo se podría permitir el propietario de semejante patrimonio.
 
En su interior, más de 900 metros cuadrados se distribuyen en cuatro dormitorios, seis baños, una cocina y varios salones y salas de estar. Pero quizás lo más impresionante sean sus exteriores: alrededor de 10 acres (unos 40.000 metros cuadrados) en los que hay espacio para piscinas en cascada, suntuosos jardines que albergan una de las mejores colecciones de palmeras del mundo, spas y una casa para invitados. Tanta opulencia, junto a un emplazamiento privilegiado con increíbles vistas al océano Pacífico, no es apta para todos los bolsillos. Ahora, a través de Village Properties, la casa está en alquiler por 30.000 dólares (unos 23.000 euros) al mes.
 
Si os lo podéis permitir, contactar rápido con Village Properties, no vaya a ser que ya tenga nuevos inquilinos.

Little Paradise

1 comentario:

  1. Mira por dónde andaba yo buscando un sitio para pasar la Noche Vieja. ¿Si alquilo la vivienda esa noche os venís todos a pasar allí el fin de año? Venga, os pago el billete… Seguro que cabemos, todo el taller de cine, familiares y amigos. Corre la voz…

    En fin, parece Paco que por la vía telepática te has propuesto premiarme por mi retorno al blog colocándome las pelis que más me gustan. No te preocupes por lo que te haya costado la vidente, pásame la factura.

    “Scarface”, vaya peli, y Al Pacino, vaya actor. Considero que debe estar en el templo de las glorias gangsteriles, junto a “El Padrino”, “Uno de los nuestros”, “Casino”, etc. No sé qué tienen los americanos que no tenga nadie en el resto del mundo cuando se ponen a hacer estas cosas. Parece algo genético, que nacieron pensando en lenguaje cine, igual que los niños aprenden a hablar en su primera infancia. Y todos estos filmes son la culminación de una vieja escuela, la del cine negro americano, de la que, supongo, todos han mamado desde los cuatro meses, momento en el que los psicólogos dicen que empezamos a tener conciencia del entorno (¿?). ¿Cómo se explica si no? Ya me diréis.

    Curiosamente, según he visto en los reportajes de la tele no hace mucho, la película tuvo muy mala crítica en su momento, aunque hoy recibe culto. Creo que se rodó hacia… (chequeo tu entrada, ya…) 1983. Supongo que se hacía inevitable compararla con las del Padrino, de la década anterior, en las que Al Pacino tuvo un papel protagonista (junto a Marlon Brando en la primera). Probablemente “El Padrino” creó un molde que la crítica se resistía a variar.

    Lo mejor de la peli: la evolución de Al Pacino hacia el despotismo paranoide y su relación con la hermana (no cuento lo que pasó al final). Espléndida la interpretación de Michelle Pfeiffer, a pesar del coloso con el que competía, Al Pacino, que la dejó en un segundo plano, tan solo con un papel de apoyo para perfilar a su propio personaje de psicópata. Aunque también tuvo bastante que ver en esto el propio guión.

    Interesante la anécdota de la casa. El apocalíptico final de la peli merecía un escenario de estas características. Y aunque el cine puede lograr los mismos resultados superponiendo y falseando el lugar, estas curiosidades, que siempre se acaban sabiendo, añaden todavía más grandeza al mito cinematográfico.

    Nada, Paco, a seguir consultando a la vidente, pero que sea baratita…
    Un saludo, Galo.

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