Título original: Der müde Tod («La muerte cansada»). Producción: Decla-Bioscop. Productor: Erich Pommer. Dirección: Fritz Lang. Guión: Thea von Harbou y Fritz Lang. Fotografía: Erich Nilzschmann, Hermann Saalfrank y Fritz Arno Wagner, en blanco y negro. Montaje: Fritz Lang. Dirección artística: Robert Herlth, Walter Röhrig y Hermann Warm. Vestuario: Heinrich Umlauff. Intérpretes: Bernhard Goetzke, Lil Dagover, Walter Janssen, Hans Sternberg, Carl Rückert, Rudolf Klein-Rogge. Año de la producción: 1921. Nacionalidad: Alemania. Idiomas: muda con intertítulos. Duración original: 100 minutos.
Una buena noticia para los aficionados al cine ha sido la edición en DVD en España de uno de los grandes filmes de Fritz Lang: “Las tres luces”, título en nuestro país del original alemán “Der müde Tod” (“La muerte cansada”), bastante más sugerente sin duda. Distribuida por Suevia Films, la podéis encontrar en la colección “Los imprescindibles del cine mudo” de El Corte Inglés. Se trata del excelente “transfer” realizado para el mundo anglosajón por Feel Films con el título –más alejado aún del original– de “Destiny”, con escrupuloso respeto por la relación de aspecto original, una banda sonora hermosa y nada “invasiva”, y la sustitución de los intertítulos originales en alemán por unos intertítulos en inglés que reproducen, eso sí, la tipografía gótica del original de 1921 (ciertamente difícil de leer con rapidez). La edición española se limita a añadir la subtitulación en español, aunque se enriquece con un bonito libreto de unas treinta páginas con fotogramas y comentarios sobre la película.
Confieso que, por mi parte, llegué a “Las tres luces” rastreando la vida de Luis Buñuel, que relata en sus memorias cómo el visionado de la película de Lang, en el París de los años veinte, le produjo tal impacto que decidió abandonar el mundo del teatro y dedicarse profesionalmente al cine, cosa que hizo incorporándose de inmediato, en calidad de aprendiz, al equipo de Jean Epstein. Me informé del argumento y descubrí algunas anécdotas posteriores al estreno, como la compra de los derechos de la película por Douglas Fairbanks con objeto de “saquear” sus efectos especiales para “El ladrón de Bagdad”, entre ellos las “alfombras voladoras” (el propio Lang reconocería posteriormente que con unas mejoras técnicas y unos recursos económicos impensables para él en los estudios alemanes de la Decla-Bioscop). Hasta que por fin me hice con una copia de la edición norteamericana y me di el inmenso gusto de ver esta cinta fresca y emocionante, estéticamente maravillosa y divinamente interpretada, en especial, por el imponente Bernhard Goetzke, en el papel de la “Muerte”.
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