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sábado, 22 de octubre de 2011

Los tres mosqueteros (Paul W.S. Anderson, 2011)



Título original: The Three Musketeers. Dirección: Paul W.S. Anderson. País: USA. Año: 2011. Duración: 110 min. Género: Aventuras.

Guión: Alex Litvak, Andrew Davies (basado en la novela de Alejandro Dumas). Música: Paul Haslinger. Fotografía: Glen MacPherson. Montaje: Alexander Berner. Diseño de producción: Paul D. Austerberry. Vestuario: Pierre-Yves Gayraud. Producción: Paul W.S. Anderson, Jeremy Bolt, Robert Kulzer.

Fecha del estreno: 30 Septiembre 2011 (España).

 

Reparto: Logan Lerman (D’Artagnan), Orlando Bloom (duque de Buckingham), Ray Stevenson (Porthos), Matthew Macfayden (Athos), Milla Jovovich (Milady de Winter), Luke Evans (Aramis), Juno Temple (reina Ana), Christoph Waltz (cardenal Richelieu), Mads Mikkelsen (Rochefort), Til Schweiger (Cagliostro).

 

Sinopsis:

Francia, siglo XVII. Athos, Porthos y Aramis son tres prodigiosos espadachines que pertenecen al cuerpo de mosqueteros del rey Luis XIII de Francia (1610-1643). A París llega un joven y valeroso gascón que ingresa en la guardia del Rey para hacerse mosquetero. Los cuatro tendrán que hacer frente a una maquiavélica conspiración urdida por el cardenal Richelieu para derrocar al rey.

 

Comentarios: 

Anticipándose al estreno en 2012 del film Marvel de los poderosos Vengadores, Paul W.S. Anderson nos mostró en 2011 a su grupo particular de «superhéroes» en la Francia de Luis XIII. Porque eso es lo que nos ofrece con su versión de ‘Los tres mosqueteros’. Bien podemos considerar esta película como un cómic de superhéroes que incluye a Milla Jovovich actuando más como “La Viuda Negra” del famoso súpergrupo norteamericano que como Milady. Sus respectivas piruetas, luchas y acrobacias son más propias de Natasha Romanoff que de la traicionera Condesa De Winter. Por faltar… no falta a la cita ni una réplica del famoso Helitransporte de SHIELD (aquí en forma de un inimaginable barco volador).

Nunca he sido dudoso en mi admiración por el cine de Paul W.S. Anderson. Ahora bien, en esta ocasión se le ha ido el tema de las manos firmando una auténtica “chaladura”. La película visualmente es muy buena y muy divertida, pero Anderson se descontrola por completo. Sus ansias por ofrecer al público algo totalmente nuevo con los personajes de siempre es un error. Y es un error porque las cámaras lentas, las piruetas imposibles, los artefactos estrambóticos y demás… pintan muy bien en cintas modernas del tipo de ‘Resident Evil’, pero en un film “de época de capa y espada” están de sobra. Toda esta «pirotecnia» resta una total credibilidad al producto final. Y, por si fuera poco, no resulta nada apropiada para los míticos personajes creados por Alejandro Dumas.

A destacar que la película se rodó en exteriores de Alemania. Concretamente en algunos de los pueblos y ciudades más impresionantes de toda Baviera. Este rodaje en exteriores fue completado con los interiores en el Studio Babelsberg de Potsdam. El rodaje comenzó un 26 de agosto de 2010 y el departamento de armería tuvo que crear a mano más de 800 armas individuales de época. Esto incluyó distintas armas de fuego, pistolas, mosquetes, dagas, estoques y espadas.

No obstante, el realismo de los escenarios (y de algunas de las armas) contrasta con todo lo demás. Tan es así que Anderson dio orden para que el diseñador de vestuario, Pierre-Yves Gayraud, confeccionara unos estrambóticos disfraces con toques rockeros e irreales. Menos mal que Gayraud no le hizo del todo caso y también se inspiró en los tradicionales trajes de época. Al final el vestuario que se puede ver en la película es una mezcla bastante curiosa.

En relación con todo lo anterior están las imposibles escenas de acción. Las set-pieces que vemos en la película precisaron de muchos efectos visuales. De hecho, el equipo de rodaje utilizó alrededor de 3000 metros de tela verde en los escenarios, es decir que hicieron falta unos 3 kilómetros de fondo verde para crear los efectos especiales.

En el casting tenemos a Logan Lerman, Luke Evans, Ray Stevenson y Matthew Macfayden encarnando a D’Artagnan, Aramis, Porthos y Athos, respectivamente. El D’Artagnan de Logan Lerman resulta bastante molesto por su aire de chulito. Tan es así que te dan ganas de que lo pongan firme. Demasiado irreverente e insufrible. Y esto es un gran problema porque pasa por ser el protagonista principal. Por su parte, Luke Evans, Ray Stevenson y Matthew Macfayden salen mejor librados y están bastante correctos en sus papeles de mosqueteros. El que más me gustó fue Stevenson que dota a Porthos de una poderosa e imponente presencia física. Conviene advertir que, pese a su introducción y presentación inicial, los mosqueteros no dejan de ser meros acompañantes del héroe gascón con todo lo que eso implica.

Por otra banda tenemos a Orlando Bloom que resulta ridículo como el Duque de Buckingham. El actor va vestido con trajes chillones y tupé imposible a lo ‘Algo pasa con Mary’ (Bobby y Peter Farrelly, 1998). También están dos intérpretes contrastados como Christoph Waltz y Mads Mikkelsen que son los más comedidos y, por momentos, parece que estuvieran rodando su particular film. Aquí dan vida a los famosos Cardenal Richelieu y Conde de Rochefort. Naturalmente a esta fiesta de Anderson no puede faltar Milla Jovovich. Nuestra querida Alice se lo pasa en grande siendo la conspiranóica Milady De Winter. Milla pone cara de diablesa y luce varios hermosos vestidos del amplio y fabuloso armario de la producción. Por supuesto resaltar que Milla dispone de varias set-pieces convenientemente preparadas para su lucimiento personal.

Otros actores y actrices que intervienen en el film son: Gabriella Wilde como una insípida Constance. Juno Temple como la Reina en apuros. James Corden en la piel de Planchet, el típico gracioso del film con el que los niños se lo pasarán pipa. Y, finalmente, nos encontramos a un ridículo Freddie Fox dando vida al no menos ridículo Luis XIII de este film.

Una película visualmente espectacular y divertida. Sin embargo, su principal “handicap” es su falta de seriedad y credibilidad (ya no digo «rigor»). A mí me fue imposible tomármela en serio y, en consecuencia, creerme lo que veía. Como película para pasar un rato palomitero de absoluta evasión puede funcionar… pero lejos de eso es mejor emplear sus 110 minutos en otra cosa, puesto que si uno se la toma en serio le quedará la sensación de haber visto una gran tontería. (David González)

No Recomendada.





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