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domingo, 17 de abril de 2011

Soy el número cuatro (D.J. Caruso, 2011)


 

Título original: I Am Number Four. Dirección: D.J. Caruso. País: USA. Año: 2011. Duración: 101 min. Género: Ciencia-Ficción, Acción.  

Guión: Alfred Gough, Miles Millar, Marti Noxon (basado en una novela de Jobie Hughes, James Frey). Fotografía: Guillermo Navarro. Música: Trevor Rabin. Montaje: Jim Page, Vince Filippone. Diseño de producción: Tom Southwell. Vestuario: Marie-Sylvie Deveau. Producción: Michael Bay.

Fecha del estreno: 8 Abril 2011 (España).

 

Reparto: Alex Pettyfer (John/Número 4), Teresa Palmer (Número 6), Timothy Olyphant (Henri), Kevin Durand (comandante Mogadoriano), Dianna Agron (Sarah), Jake Abel (Mark), Callan McAuliffe (Sam).

 

Sinopsis:

Después de que su mundo haya sido destruido por seres de otro planeta, nueve jóvenes alienígenas se esconden en la Tierra. Uno de ellos, el cuarto del grupo y que se hace llamar John Smith, descubre que no está a salvo: sus enemigos se encuentran en la Tierra, han acabado con los tres anteriores y le siguen los pasos para dar con él. Para intentar no ser descubierto el joven cuenta con la ayuda de un guardián que le protege, Henri. Haciéndose pasar por padre e hijo, su nuevo destino es Paradise, un pequeño pueblo de Ohio, donde John conoce a Sara, por la que pronto comienza a sentir una gran atracción.

 

Comentarios:

Cuando Harold Bloom repudió la saga Harry Potter en su polémico artículo del Wall Street Journal, quizá ya intuía que el éxito de J. K. Rowling abriría las puertas a una modalidad de ficción juvenil -de consumo no ya rápido, sino supersónico-, capaz de convertir Hogwarts en abono para la nostalgia. Soy el número cuatro, adaptación de la primera entrega de una serie de seis novelas de las que tan solo se ha publicado la primera -y cuyos derechos cinematográficos fueron adquiridos 14 meses antes de que ese primer volumen llegase a las librerías-, forma, pues, parte de esa dinámica que desmoraliza -e irrita- al viejo profesor. Lejos quedan los tiempos en que el fulgor imaginativo de un Roald Dahl o un Dr. Seuss podía hechizar, por sus propios méritos, a algún productor cinematográfico sin miedo a la lectura: ahora nos hallamos en el territorio de la eficacia corporativa aplicada a la pura mecánica de la fabulación.

Soy el número cuatro es, a primera vista, el tuneo para consumidores masculinos onda geek del neorromance teen acuñado por Stephenie Meyer: un Crepúsculo para quienes llegaron tarde a Expediente X. D. J. Caruso, a quien la obsesión por la originalidad no debe de producirle desvelos, resuelve, no obstante, su papeleta con la competencia del empleado del mes: el clímax final de esta primera entrega, batalla de monstruos incluida, tiene, por lo menos, nervio y energía. (Jordi Costa)

No Recomendada.




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