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domingo, 6 de marzo de 2011

Ispansi (¡Españoles!) (Carlos Iglesias, 2011)


Título original: Ispansi (¡Españoles!). Dirección: Carlos Iglesias. País: España. Año: 2011. Duración: 115 min. Género: Drama.  

Guión: Carlos Iglesias. Fotografía: Tote Trenas. Música: Mario de Benito. Montaje: Miguel Santamaría. Dirección artística: Vicente Mateu y Lala Obrero. Vestuario: Eva Arretxe. Producción: Antonio P. Pérez, José Triana y Robert Boner.

Estreno en España: 4 Marzo 2011.

 

Reparto: Esther Regina (Paula), Carlos Iglesias (Álvaro), Isabelle Stoffel (Ludmila), Doris Dragos (médico), Eloísa Vargas (Piedad), José de Felipe (tártaro), Bruto Pomeroy (Ángel), Isabel Blanco (Rosario), Iñaki Guevara (Jorge).

 

Sinopsis:

Poco después de estallar la Guerra Civil española, la República envió a 3.000 niños a Rusia para protegerlos de los bombardeos de los nacionales. Los primeros en salir fueron los niños de los orfanatos. Beatriz, hija de una acaudalada familia de derechas, cuyo padre y hermano eran falangistas, se quedó embarazada de un hombre que se negó a casarse con ella y decidió ocultar a su hijo en un orfanato de Madrid. Al enterarse del inminente viaje del niño a Rusia, roba los documentos de identidad de una republicana muerta (Paula) y se ofrece como voluntaria para cuidar a los niños. Emprenderá así un viaje terrible, rodeada de enemigos, y a miles de kilómetros de su país y de su mundo. En junio del 41, Hitler invadió Rusia. La continua llegada de tropas de refresco para la defensa de Moscú entorpece una y otra vez el viaje de los españoles. En una de estas paradas se les une Álvaro, un comisario político del Partido Comunista de España.

 

Comentarios:

Hace unos años, el habitual actor Carlos Iglesias debutó como escritor y director de largometrajes con Un franco, 14 pesetas, ejercicio de corte nostálgico sobre la emigración española al extranjero en los años sesenta, con la que aspiraba a ser algo así como el hijo imposible de Antonio Mercero y acabar enganchando a la parte más popular de la platea. Algo que se corroboró con una más que decente recaudación en salas y, sobre todo, con un exitoso primer pase televisivo a través del programa Versión española (1.700.000 espectadores que, si hubiesen pasado por taquilla, la hubiesen convertido en la película del año), lo que venía a indicar que en este tipo de productos está más interesado el de la poltrona en el sofá que el que sale de su refugio para pagar su entrada.

Con Ispansi (Españoles), su segundo trabajo, apunta mucho más lejos: una película río, de amplia cobertura temporal, sobre los niños de la guerra emigrados a Rusia, de espíritu más grande que la vida, con la que aspira a ser el nieto imposible del David Lean de Doctor Zhivago, aunque con bastante menos dinero para la producción y, por qué no decirlo, infinito menos talento. Y el descalabro es mayúsculo.

La grúa con la cámara que se eleva en el momento justo. El plano cenital esperado. El grito desgarrador hacia el cielo. La cámara lenta. La música que sube, y sube, y sube. Se ve que Iglesias ha estudiado la puesta en escena de los clásicos, pero de la teoría a la práctica hay un trecho. Porque, definitivamente, el clasicismo no era esto. Ispansi se conforma así como un simulacro de grandilocuencia de temible retórica, como un gag paródico de una gran producción de Hollywood inmersa en un programa de humor, dotado de un simbolismo introducido con calzador (la mujer en la ventana tras la lluvia, el tren de la vida, la muerte en el banco bajo la nieve...) y una verbalización del mensaje inspirada en el lugar común ("en los dos bandos se cometieron brutalidades"; "unos tenían la razón y otros no", y otros cuantos de este corte).

Iglesias, además, alimenta su guion con una escritura informativa cargada de datos (sobre los personajes, sobre los sentimientos de estos, sobre la situación de la guerra, sobre el pasado...). Todo se explica, mientras los personajes dicen cómo son mientras apenas se muestra cómo son. Una sistemática que, por desgracia, conlleva una rémora más: provoca que los diálogos nunca fluyan con naturalidad y que los actores, de tercera fila que demuestran serlo, interpreten en la mayoría de sus pasajes con un exasperante tono recitativo.

Eso sí, en su primer pase televisivo puede que vuelva a arrasar con la audiencia. (Javier Ocaña)

No Recomendada.




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