Linterna Mágica rindió homenaje al gran John Ford en el centenario de ‘El caballo de Hierro’ (The Iron Horse) con la proyección de la épica película acompañada de la música compuesta e interpretada en directo por Dan Kaplan, Jerome Ireland y Juan Miguel Martín, en Cinesur Nervión Plaza.
‘The Iron Horse’ se considera uno de los mejores títulos de la época muda del director John Ford (1894-1973), uno de los más grandes directores de la historia del cine, con una carrera de más de cincuenta años, responsable de títulos como La Diligencia, Centauros del desierto, Las uvas de la ira, ¡Qué verde era mi valle!, Pasión de los fuertes, El hombre que mató a Liberty Valance, o El hombre tranquilo.
Con motivo del centenario de esta épica historia nuestros asociados junto a sus acompañantes, que abarrotaron la sala, pudieron disfrutar hasta el entusiasmo de una experiencia cinematográfica singular, en la que confluyó la magia del cine con la de la música interpretada en directo.
La partitura corrió a cargo del trío compuesto por Dan Kaplan, guitarrista, cantautor y profesor neoyorquino, el canadiene Jerome Ireland, viola de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla desde su creación, junto al compositor y bajista sevillano Juan Miguel Martín. Aunque los tres músicos comparten una importante formación y trayectoria en la música clásica, ha impregnado a esta banda sonora del necesario tono folk que un wéstern requiere, incorporando temas populares estadounidense, haciendo cantar a los obreros el tema 'Dril ye terriers, dril', combinando la guitarra o el banjo con la armónica aportan notas country a canciones como 'Blue skys', que nos evocan a Bob Dylan, además de crear atmósferas gracias a efectos sonoros en determinadas secuencias del filme.
© Fotografías de Claudia González |
En ‘El caballo de hierro’ Ford narra un hecho histórico, la construcción del primer ferrocarril transcontinental, que unía las costa Este y Oeste de los Estados Unidos, una hazaña de la ingeniería que requirió mucha mano de obra en un contexto duro y hostil. Dos empresas recibieron el encargo, la Union Pacific Railroad se encargó de construir la línea desde Omaha, Nebraska, hacia el oeste, mientras que la Central Pacific Railroad construyó la línea desde Sacramento, California, hacia el este. Los trabajos se desarrollaron durante seis años, desde 1863 hasta mayo de 1869, cuando las dos locomotoras confluyeron en Promontory Summit, Utah, y se puso el mítico “clavo de oro”, como vemos en la pantalla.
El rodaje de esta película se convirtió en algo casi tan grande como la propia historia que narra, siendo considerada una superproducción en su época, por el elevado número de figurantes y de localizaciones, la utilización de locomotoras de la época y la dureza de las condiciones en las que se rodó.
Madge Bellamy y George O´Brien |
Como en todas las cintas de Ford, hay aquí una magnífica representación del género humano en todas su facetas, desde el héroe, hasta el villano, pasando por el traidor y el asesino. En el argumento además de la historia épica, encontramos también una trama sentimental, la vivida por los dos jóvenes protagonistas Davy Brandon (George O'Brian), huérfano de un emprendedor topógrafo, que intentará cumplir el sueño de su padre, y Miriam Marsh (Madge Bellamy), hija de un rico contratista. Originarios de Springgield (Illinois), sus destinos se cruzarán de nuevo gracias a construcción del tendido ferroviario. Junto a estos indiscutibles protagonistas hay todo un elenco de secundarios que aportan otros matices a la narración, como los entrañables “tres mosqueteros”, amigos del protagonista, que lo mismo proporcionan el contrapunto cómico a la historia, como en la visita al dentista, que protagonizan las más emotivas escenas de camaradería.
'Los Tres Mosqueteros' |
Presenta esta cinta muchos de los ingredientes del wéstern clásico: avance hacia el oeste, riñas de salón, chicas de compañía, diligencias, poni exprés, caza de búfalos, transportes de ganado, ataques de indios, duelos, juicios de dudosa legalidad, abusos de autoridad y peleas cuerpo a cuerpo. Pero también puede hacerse de ella una lectura política, pues muestra la grandeza de una nación que, por un lado, supo superar fractura de la Guerra de Secesión, poniendo a trabajar, codo con codo, a antiguos rivales en pro de un bien común; y por otro lado canalizó la mano de obra de numeroso extranjeros (irlandeses y chinos) que llegaron hasta allí en busca de una nueva tierra de promisión. No extraño, por tanto, que aparezcan en la pantalla importantes personajes históricos, figuras que han fraguado la identidad y el imaginario de la nación norteamericana, desde el mismísimo presidente Abraham Lincoln, que firmó la Ley de Ferrocarriles del Pacífico, como el mítico Búfalo Bill, o el aventurero y jugador Wild Bill HitcoK,
Para finalizar, insertamos aquí vídeo realizado por Manuel Bonilla Angulo como recuerdo de este día tan especial para nuestra Linterna Mágica: