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jueves, 31 de marzo de 2022

Ralf König, rey de los cómics (Rosa von Praunheim, 2012)


 

Título original: König des Comics. Dirección: Rosa von Praunheim. País: Alemania. Año: 2012. Duración: 80 min. Género: Documental.

Guión: Rosa von Praunheim. Fotografía: Wilfried Kaute, Stephan Kümin, Michael Nopens, Dennis Pauls, Oliver Sechting. Música: Andreas M. Wolter. Producción: Rosa von Praunheim Filmproduktion, ZDF/Arte.

Estreno en España: 31 Octubre 2012.

 

Reparto: Ralf König, Olaf Gabriel, René Krummenacher, Ralph Morgenstern, Rosa von Praunheim, Hella von Sinnen.

 

Sinopsis:

Este documental es un homenaje al alemán Ralf König, el más célebre y querido dibujante de cómics del mundo. König es autor de obras como "El hombre deseado" o "El condón asesino". Humor, ironía y observación mordaz de la realidad son las armas que emplea contra la intolerancia.

 

Comentarios:

Después de proyectarse en diversos festivales como el de Berlín, Buenos Aires o San Sebastián, llegaría a nuestras pantallas Ralf König, rey de los cómics, documental dirigido por el veteranísimo director de origen lituano Rosa von Praunheim, que a punto de cumplir siete décadas, nos ofrece una interesante aproximación al mundo del historietista, centrándose, a modo de narrador ausente, tanto en la vida como en la obra del alemán, mostrando las influencias personales en sus viñetas y viceversa. El resultado es un reivindicable ejercicio cinematográfico, que escapa del convencionalismo formal que suele atribuírsele al género y navega hacia buen puerto para mostrar la universalidad de lenguaje de los cómics y sus relaciones con otras manifestaciones artísticas como son el cine, pero también el teatro.

No es la primera vez que el mundo del cine se interesa por la obra de Ralf König aunque sí por su figura. El hombre deseado (Der bewegte Mann, Sönke Wortmann, 1994), a pesar de traicionar el espíritu del cómic y mostrar una muy visión reduccionista e irrisoria del mundo homosexual (o quizá gracias a ello), se convirtió en la segunda película más taquillera de la historia del cine alemán, se distribuyó en cuarenta y siete países, obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía Alemana y sirvió de modelo para futuras comedias nacionales, algo no muy frecuente hasta el momento (a propósito del descontento de König, vemos en el documental cómo uno de los productores de UFA Cinema intenta justificar la adecuación de la película en función de los espectadores y la recaudación conseguida). Poco después llegaría El condón asesino (Kondom des Grauens, Martin Walz, 1996), que recordamos nos dejó horrorizados (y no precisamente por el miedo que nos causó) a nuestros tiernos doce años en una sala de un cine de barrio totalmente vacía. Aunque los valores cinematográficos fueron más bien escasos, aún celebramos algunos gags desternillantes (gracias al guión del propio König) y seguimos profiriendo cierta simpatía hacia Udo Samel, que encarnó a un, a pesar de todo, convincente Luigi Mackeroni. El autor alemán dejó constancia de la proyección y repercusión internacional de sus novelas gráficas y en España también realizamos nuestra adaptación cinematográfica con Lisístrata (Francesc Bellmunt, 2002). La mismísima Maribel Verdú se dejó convencer por el director de la recordada La quinta del porro (1981) y de la estimable Gràcies per la propina (1997) y se embarcó junto con Juan Luis Galiardo, Javier Gurruchaga, Santi Millán, José Corbacho y un largo etcétera en la surrealista aventura, que (no queremos ser agoreros) ha sido la última para la gran pantalla del realizador catalán. Finalmente, y aunque no ha traspasado las fronteras alemanas, Wie die Karnickel (Sven Unterwaldt Jr., 2002), adaptación de Como conejos, divertidísima historieta con la que König demostró su heterogeneidad, o al menos la de su público, y situó a dos vecinos, Horst y Sigi, homo y heterosexual respectivamente, a compartir penurias tras haber sido abandonados por sus parejas. En el documental que nos ocupa vemos cómo el mundo del cine sigue demostrando interés por adaptar los libros de Ralf König y, aunque no desvelaremos títulos, celebramos desde ya mismo el salto del alemán al mundo de la animación (cinematográfica), sin renunciar a más aportaciones con actores de carne y hueso.

 

 

La extensísima obra de Ralf König, nacido en 1960, se puede enfocar a través de prismas muy variados. A pesar de que Von Praunheim enfatiza el enfoque sexual por encima de cualquier otro (quizá el único reproche que podamos atribuir al punto de vista utilizado en el documental), también conocemos la opinión del alemán sobre temas tan divergentes, pero a la vez tan relacionados como la religión y su actitud de rechazo y condena, la aceptación, y sobretodo normalización, de la homosexualidad (por ambos bandos, algo muy presente en sus historias), una divertida visión sobre la mujer, que König caricaturiza como rival antes que amiga o alma gemela…

Gracias al documental, y como suele pasar con la mayoría de celebridades, nos damos cuenta de la distancia abismal que hay entre la persona retratada y el papel que sus seguidores (y por extensión y desconocimiento, el resto de la sociedad) les atribuyen. La admiración y sacralización del ídolo es un arma de doble filo, y en este caso a König se le atribuye cierta normalización del colectivo homosexual, la defensa del uso del preservativo, la lucha contra el VIH… A través de sus declaraciones vemos que el alemán no se considera ni una autoridad ni responsable ante nadie, sino que expresa un deseo firme de ser fiel a sí mismo y plasmar en sus historias experiencias tal cual las ha vivido, eso sí, siempre a través del humor. De este modo, el realizador consigue un retrato sincero y humano de König a la vez que muestra cómo cualquier manifestación artística no es más que la sublimación de la experiencia vital del autor, y por extensión, y a través de las vivencias que cada uno de los lectores o espectadores pueda aportar, la asimilación paradigmática popular de ciertas corrientes de pensamiento o tendencias que algunos sectores de la sociedad adoptan como propias.

 

 

Rosa von Praunheim ha conseguido con éxito trasladar al formato cinematográfico la estética de los cómics de König. A simple vista, está descuidada. Los planos son neutros, simples, pero cuando nos adentramos en el contenido es cuando realmente nos enganchamos a la historia. Lo mismo ocurre cuando nos enfrentamos a cualquiera de las aventuras dibujadas por König: si no nos paramos a leer sus réplicas y nos quedamos con los dibujos quizá no comprendamos la repercusión del artista alemán, cuya magia se expande a través de unos personajes imperfectos y tiernos, ya sean hombres, mujeres o animales, que en una sola frase son capaces de concentrar (y concretar) más sabiduría, y mostrar con una cercanía, verosimilitud y empatía aplastantes la realidad social de hoy en día. Sin duda, von Praunheim se ha apoyado (modificando convenientemente algunos detalles, los más explícitos) en Con la mano izquierda (…und das mit links!, 1993), entrevista que König se hizo a sí mismo y publicó a modo de historieta. Otro acierto del realizador es mostrar la fascinación que le produce el alemán no a través de una entrevista al uso, si no a partir de una selección multidisciplinar de voces que interactuarán con König, y a su vez, realizan una doble función. Será a través de un fan que visita a su adorado escritor, de un par de amigas que jugaron un papel trascendental durante la juventud del protagonista, de un vendedor de cómics, etc… que iremos adentrándonos en la intimidad de Ralf König. A la vez, esta selección no es otra cosa que un reflejo del heterogéneo público que disfruta con cada historia que publica el autor. Muy inteligente, sí señor, esta sabiduría en el mostrar sin adoctrinar, sin militar en ningún bando ni reivindicar explícitamente nada en ningún momento.

El mayor acierto es, sin duda, incluir en el documental numerosos fragmentos de una lectura pública que König realizó en Colonia en 2011. Ya sabemos que la vida del autor ha influido en su obra de tal modo que a veces parece un simple reflejo de su realidad. Quién mejor, pues, que él mismo para leernos fragmentos destacados, dándonos a conocer, de este modo, partes de su vida, propiciando la duplicidad o doble direccionalidad narrativa del género que nos ocupa: el documental. Pura y doble semiótica: la literatura desde la Literatura y el enfoque que de ella ofrece el cine, hablando de Cine. Genial. Y, por cierto, divertidísimo se muestra König poniendo voces a todos sus personajes, recordando (como también se muestra en la película) los años en que empezaba a desplegar su creatividad más allá de la viñeta y se travestía en espectáculos de transformismo, donde se convirtió en la reina del playback, como si fuera un alter ego de Waltrina y sus amigas, protagonistas de la salvajemente tierna El hombre nuevo (Der bewegte Mann, 1997).

 

 

Interesantísimo el momento en que König nos explica cómo canaliza su rabia a través de la escritura. Rabia por una relación de once años que se termina: respuesta Huevos de toro (Bullenklöten, 1992). Rabia ante una relación de amor-odio con un brasileño que le hizo perder la cabeza: respuesta Yago (Jago, 1998). Rabia ante la toma de consciencia de que el condón no es un simple método anticonceptivo y que es igualmente recomendable para mantener relaciones homosexuales: respuesta El condón asesino (Kondom des Grauens, 1987). Ante la impotencia causada por la muerte de sida de un amigo y la incertidumbre y desconcierto provocados por la aleatoriedad de su infección: Superparadise (1999). ¿Cómo caricaturizar a los fundamentalistas islámicos? Pues los convertimos en genios y los encerramos en una lámpara maravillosa en ¡Oh, genio! El hechizo de Shabbar (Dschinn Dschinn. Der Zauber des Shabbar, 2005) y ¡Oh, genio! El velo en el semillero del vicio (Dschinn Dschinn. Schleuerzwang im Sündenpfuhl, 2006). Contra las barreras culturales y lingüísticas impuestas (a veces autoimpuestas) hacia y por los inmigrantes (que no contra ellos) Suck my Duck (2004). Contra la homofobia que el apóstol Pablo cinceló en al Antiguo Testamento tres cómics bíblicos: Prototipo (Prototyp, 2008), Arquetipo (Archetyp, 2009) y Antitipo (Antytip, 2011).

Así podríamos seguir hasta completar una relación rabiosa de toda la obra de Ralf König. No lo haremos, pero sí que destacaremos cómo Rosa von Praunheim ha conseguido transmitir el humor, la ironía, mordacidad, capacidad de observación de la realidad, la huida (y a la vez condena) de cualquier prejuicio, fanatismo o síndrome intolerante que predomina en la obra del alemán, así como su reflejo de los estereotipos del mundo gay, la sensibilidad masculina, sus anhelos, deseos, y frustraciones. Todo ello ligado, del mismo modo que la obra (y la vida) de un escritor que se encuentra hace años en una prodigiosa cima creativa, a la comunidad homosexual alemana surgida a finales de la década de los setenta, que gracias a artistas como König (y a sus fieles seguidores) han logrado universalizar y normalizar su mensaje.

 

 

Para terminar, aseguramos el gozo de los seguidores del alemán, pero todavía más de los que lo descubrimos gracias a este documental. El que avisa no es traidor: el visionado de esta película crea una necesidad imperante e impaciente de asaltar la tienda de cómics más cercana y dotar a nuestra biblioteca de toda la bibliografía de Ralf König. Queremos los personajes dibujados por el alemán tomen nuestras estanterías y compartan sus/nuestras inquietudes. Queremos a Konrad & Paul (Konrad und Paul, 1993, 1994 y 1996), a Roy & Al (2004), a los Beach Boys (1989) y sus Retazos de la vida (Prall aus dem Leben, 1989). Queremos vivir La noche más loca (Safere Zeiten, 1989) en El diván de la psicóloga (Hempels Sofa, 2007), y además con Poppers (Poppers! Rimming! Tittentrimm!, 2001).

Lo queremos todo y, sobretodo, seguir sabiendo que ahí estará un artista como Ralf König, para dibujarnos en sus historias como esos hombres pequeñitos con enormes narizotas, cuya vida quizá sea imperfecta y absurda pero, a pesar de todo, feliz. Al fin y al cabo, ¿no lo es la de todos? (Fernando Solla)

Recomendada.




miércoles, 30 de marzo de 2022

Conducta (Ernesto Daranas, 2014)


 

Título original: Conducta. Dirección: Ernesto Daranas. País: Cuba. Año: 2014. Duración: 104 min. Género: Drama.

Guión: Ernesto Daranas. Fotografía: Alejandro Pérez. Montaje: Pedro Suárez. Música: Juan Antonio Leyva, Magda Rosa Galbán. Dirección artística: Erick Grass. Casting: Mariela López. Vestuario: Vladimir Cuenca. Asistente de Dirección: Geraldine León. Sonido Directo: Juan Carlos Herrera. Producción Ejecutiva: Isabel Prendes, Joel Ortega, Ramón Samada, Danilo León, Adriana Moya. Producción: Esther Masero (ICAIC, RTV Comercial).

Mejor Película Iberoamericana en el Festival de Málaga 2014. Mejor Película y Mejor Actor (Armando Valdés Freire) en el Festival de La Habana 2014. Nominada al Goya 2014 a la Mejor Película Hispanoamericana.

Estreno en España: 4 Junio 2015 (España).

 

Reparto: Armando Valdés Freire (Chala), Alina Rodríguez (Carmela), Amaly Junco, Miriel Cejas, Yuliet Cruz, Armando Miguel Gómez, Silvia Águila, Idalmis García, Tomás Cao, Héctor Noas, Aramís Delgado.

 

Sinopsis:

Chala tiene once años, vive solo con su madre drogadicta y entrena perros de pelea para buscar un sustento económico. Este mundo de brutalidad y violencia a veces sale a relucir en la escuela. Carmela es su maestra de sexto grado, por la que el muchacho siente cariño y respeto, pero cuando ella enferma y se ve obligada a abandonar el aula durante varios meses, una nueva profesora, incapaz de manejar el carácter de Chala, lo traslada a una escuela de conducta. Al regresar, Carmela se opone a esta medida y a otras transformaciones ocurridas en su clase. La relación entre la veterana maestra y el niño se hace cada vez más fuerte, pero este compromiso pondrá en riesgo la permanencia de ambos en la escuela.

 

Comentarios:

La película cubana Conducta, escrita y dirigida por Ernesto Daranas, nos cuenta la historia de Chala, chico de once años que vive en La Habana Vieja con su madre, por lo que nos hallamos ante una tipología familiar nuclear monoparental, muy propia de América Latina, pero, a diferencia de los tópicos sobre la mujer latinoamericana, aquí la madre no posee un rol activo, no es jefa de hogar, es una mujer drogadicta y alcohólica que depende de su hijo, es este el que, adiestrando a su perro de pelea, consigue algún dinero para el sustento diario y la supervivencia en un país, en una ciudad que, pese a su Revolución, presenta una miseria y violencia similares a las que reinan en países vecinos.

Conducta es un largometraje de ficción, también es un espléndido documental que a vuelo de paloma, a vista de pájaro, nos ofrece una panorámica de La Habana Vieja, el casco histórico de la decadente ciudad, capital de la que fue “la perla de las Antillas”, con sus esplendorosos palacios coloniales que, tras la Revolución, se transformaron en casas de vecinos cada vez más empobrecidas, habitadas por los olvidados de siempre y, por supuesto, los olvidados de la Revolución.

 

 

Ernesto Daranas, experto en el género documental, nos ofrece una imagen hiperrealista de la ciudad, el paisaje urbano es un protagonista más al igual que el interior de las viviendas, el hacinamiento, la pobreza, la violencia y el deterioro al que puede llegar el ser humano. ¿Dónde está “el hombre nuevo”, soñado por Ernesto Che Guevara?, quizás lo hallemos en Carmela, la descendiente de esclavos que, desde hace más de 50 años, y gracias a la Revolución, pudo estudiar la carrera de maestra.

Ernesto Daranas recrea a través de los medios de transporte el letargo del país: coches desvencijados de la época de Batista, Chrysler y Chevrolet, fabricados en los EEUU; ferrocarriles obsoletos que no se renovaron a lo largo de más de 60 años de Revolución, testigos de la fallida industrialización del país, pues Cuba se mantuvo casi como en la época colonial con el monocultivo de la caña de azúcar como única fuente de riqueza e importando casi todo (sobre todo la tecnología) antes de los EEUU y, tras la Revolución, de la URSS.

Tras las imágenes de la ciudad, La Habana Vieja, aquella que no visitan los turistas, Ernesto Daranas nos introduce en la escuela de la que es alumno Chala junto a otros niños olvidados como él, que hablan y se expresan en un argot marginal, pero visten el mismo uniforme que, desde 1959, pretendió romper con las diferencias de género, clase y etnia.

En esa escuela la maestra es Carmela, biznieta de esclavos, una maestra-abuela de gran sabiduría y tacto, cuya pedagogía es una síntesis de la del “oprimido” de Paulo Freire y de la de María Montessori, fundamentada en el respeto, libertad e independencia. Carmela cree en una educación que, basada en el amor entre maestro y alumno, haga a este descubrir sus verdaderas potencialidades. Carmela es radicalmente opuesta a la educación conductual de los reformatorios o correccionales que, a la sazón, dan nombre al film, pues en Cuba se les denomina eufemísticamente “centros de conducta” que, como las cárceles, son las universidades de la delincuencia.

 

 

La maestra Carmela es contraria a la educación entre rejas de la Conducta: “si quieres un delincuente trátalo como un delincuente”. Ella dignifica y defiende la función del maestro como un instrumento al servicio de los alumnos y al desarrollo de sus potencialidades humanas y creativas. El maestro, la maestra en este caso, es una facilitadora que hace aflorar lo mejor de cada niño-a, y nunca un castrador conductual. Carmela es el ejemplo de un Magisterio entregado e implicado con sus alumnos, un Magisterio asistencial que suple, en parte, las carencias que hay en los hogares de los niños. Carmela convierte al aula en familia, incluso ella misma proyecta en los alumnos a su familia ausente y emigrada a Miami.

Carmela es el humanismo, la plena confianza en el ser humano, el sentido común y el respeto, frente al dogmatismo irracional de los burócratas de la docencia, de esa meritocracia sin vocación, que ante los problemas reacciona como el avestruz “escondiendo la cabeza bajo el ala”, y quitándose de en medio los conflictos como si de una cirugía menor se tratara, privando de libertad a los niños distintos, aparcándolos en los correccionales o Conducta, verdaderos semilleros de delincuentes. Así los “asépticos” e intolerantes maestros-burócratas quedarán bien ante los inspectores, ellos y sus centros sin mancha curricular se rendirán al servicio de la maquinaria del sistema y no de las personas. Y de esta forma podrán pronunciar aquello de “todo va bien” reverenciando a las falsas estadísticas.

 

 

La crítica que la película Conducta hace al dogmatismo nos recuerda en gran parte a La muerte de un burócrata de Tomás Gutiérrez Alea, donde la norma pugna frente al sentido común.

Otro tema transversal que nos revela Ernesto Daranas es el de las migraciones internas en la Isla de Cuba hacia La Habana, a estos migrantes pobres, procedentes de otras provincias sobre todo de la región del Oriente cubano, se les denomina peyorativamente “palestinos”, son como apátridas carentes de derechos -como el de la escolarización- fuera de su provincia, y que en la película está representado por Yeni. A los “palestinos” se les considera “nómadas marginales”, delincuentes e ilegales. La injusta legislación respecto a esta población surgió en la década de los noventa, en 1997, pues la extrema pobreza, generada en el llamado “Período Especial” a raíz de la caída de la URSS, significó la migración masiva hacia La Habana de la población del medio rural, sobre todo de las provincias orientales como Santiago, Holguín, Guantánamo, etc. En 2011 la ley contra los denominados “palestinos” se endureció prohibiéndoles residir más de 72 horas en La Habana, transcurrido ese tiempo, serían encerrados en un centro de detención en las afueras de La Habana para su posterior deportación al Oriente cubano. La niña protagonista, Yeni, es una víctima de la absurda burocracia, aunque Carmela hará caso omiso a la ley admitiéndola en su clase de sexto grado en donde la aporofobia y el racismo no tienen cabida, pues todos son cubanos y su bandera identitaria, además de José Martí, es también la Virgen de la Caridad del Cobre pese al ateísmo impuesto por decreto, que niega la identidad y el pensamiento mágico-simbólico del imaginario colectivo.

 

 

El amor entre los dos niños, Chala y Yeni, olvidados y sin cabida en la aséptica y normativa escuela oficial, es mostrado con gran maestría, ternura y delicadeza, dando rostro humano y dignidad a niños que, para las instituciones, no tienen rostro, son solo número para “cuadrar” una “buena o mala gestión burocrática”.

También a lo largo de la película se deja ver el control inquisitorial de los CDR (Comité de Defensa de la Revolución) que en cada manzana tienen por cometido espiar, extorsionar y mandar a la cárcel a todos aquellos que se “desvíen” de la praxis revolucionaria.

Conducta cumple con las características del Nuevo Cine Latinoamericano pues se trata de una historia muy bien narrada en donde la ficción y el documental se aúnan; los protagonistas son los olvidados que están sacados de la vida real e interpretan su propia historia; hay una crítica a los dogmatismos y una profunda creencia en el ser humano como agente del cambio. Es una obra que rompe con prejuicios y paradigmas. El lenguaje que se utiliza es el de la calle, lo que convierte a la película en más creíble, más documento histórico en su forma de expresión en aras del hiperrealismo que siempre ha buscado este tipo de cine. (Mª Dolores Pérez Murillo)

Recomendada.